Las Cachuas de Cabral: Midriel y Caminero, reyes del carnaval de Cabral

Chachuas en detalle

En Cabral (suroeste) por ejemplo, la Semana Santa es sinónimo de "Las Cachúas", personajes que satirizan al diablo y que desde el viernes hasta el lunes santo se apoderan del pueblo de Cabral y de las localidades vecinas.
Estas cachúas, vestidas con máscaras con cachos y papel crepé de colores intensos, llevan un fuete en la mano, símbolo de la purificación medieval (flagelación) y también del triunfo del esclavo sobre su amo.
El lunes, las cachúas se enfrentan con "los civiles", que representan las energías negativas, para finalizar después en el cementerio de Cabral, donde las cachúas se suben encima de las tumbas y comienzan a darles fuetazos, como una forma de recordar a las cachúas fallecidas.
Allí mismo, queman un Judas, ante la atenta mirada del pueblo, que grita: "Juá, Juá, eh, lo mataron por calié" (el calié es el símbolo del soplón durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo 1930-1961).
La quema del Judas, en palabras de Dagoberto Tejeda, es el triunfo de la vida sobre la muerte, del pueblo sobre el tirano, de la justicia sobre la opresión.

Fuente: Torontondominicano.com

Las Cachuas en decimas

Tomado del libro: “Las Cachuas de Cabral,

revelación de una historia encubierta”

Pedro Muamba Tujibikile.

Entre tantas tradiciones

Que conserva nuestro pueblo

Conservamos a las Máscaras,

Cachuas o Cojuelos.

Como burla a los traidores

Que a nuestro Cristo entregaron,

Los cristianos de este pueblo,

Un gran Judas prepararon.

Se vestían las Cachuas

Con disfraces muy vistosos,

Llevando en sus manos foetes

Y muchos cuernos en sus rostros.

A veces Diablos Cojuelos,

Se les solía llamar,

Cuando imitando dolores

Cojeaban al caminar.

Al iniciarse la Pascua,

El pueblo entraba en tensión,

Pues todo era preparado

Con estricta discreción.

Desde lugares ocultos,

Causando mucha impresión,

Aparecían las Cachuas

El día de resurrección.

Hombres, mujeres y niños

A correr echaban todos,

Sumergiéndose en los ríos

Y embarrándose en el lodo.

No habían mascaras más guapas

Que las de tiempos atrás,

Todo el pueblo les temía

Al fuete como al disfraz.

En barrios y zonas rurales

Gracioso era lo que hacían,

Comidas en los calderos

Algunas se las traían.

Algunas eran tan sabias,

Que solo hacían payasadas,

Pero por cada actuación

Una moneda ganaban.

Solo el sábado y domingo

Permanecían disfrazados,

Terminando todo esto,

Con el Judas bien quemado.

Por una disposición

De Trujillo en el poder,

Se disfrazaron el lunes

Para el país distraer.

Hubo un gran Corso Florido

Aquel lunes dos de abril

Del año cincuenta y ocho

Para el país competir.

Fallecido un compañero

En accidente fatal,

Al cementerio las mascaras

Fueron tristes a rezar.

Así comenzó la acción

Con ofrenda, rezo y llanto

Y hasta a nosotros ha llegado

Con los fuetes repicando.

El transcurrir de los tiempos

Muchas cosas han cambiado,

Como caretas de cuernos

Por caretas de caucho.

También ha cambiado el uso

Que antes a ellas se les daba,

Permaneciendo en el rostro,

Mientras ahora es quitada.

Antes eran de papeles

Todos bien almidonados,

Mientras ahora son plásticos,

O de trapos bien pintados.

Otras cosas se mantienen

Pero algo modificadas

Como disfraces de telas

Llevando vistosas alas.

Ahora aparecen disfraces

De cortinas o manteles

Decoradas escasamente

Con cinticas de papeles

Las mujeres hoy en día

Se disfrazan por demás,

Para poder a los hombres

Con sus foetes azotar.

Golpes, nunca han faltado,

Ni en los de ayer, ni en los de hoy,

Y cuando más golpes dan,

Es cuando queda mejor.

Es tradición de este pueblo

Al que llamamos Cabral,

Que al término de la pascua,

Tres días son de disfraz.

domingo, 24 de marzo de 2013

Midriel y Caminero, reyes del carnaval de Cabral

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